lunes, 28 de septiembre de 2009

LA ORDEN DE SAN LÁZARO

Entre las pequeñas y menos influyentes órdenes de caballería de Tierra Santa, la orden de San Lázaro fue posiblemente la más importante. Surgió a partir de un hospital de leprosos, es decir, de un leprosorium.

Según algunos historiadores, los Caballeros de San Lázaro fueron la más antigua de todas las órdenes hospitalarias. Se especula sobre la posibilidad de que se originara a partir del hospital construido por San Basilio en Cesarea, que disponía de una casa separada para los leprosos.

En la Edad Media la lepra era una enfermedad ampliamente extendida, a la que podían sucumbir también personalidades eminentes, como muestra el ejemplo del Rey Balduino IV de Jerusalén (1174 – 1185). Esta enfermedad no sólo comportaba un largo padecimiento para el afectado, sino también su muerte social: los leprosos se convertían en “cadáveres vivientes”, en “muertos en espera”, ya que por regla general eran aislados en casas especiales para infectados fuera de los límites de la ciudad.

Los establecimientos que los acogían a menudo estaban consagrados a San Lázaro, el hermano de Marta y María, que fue devuelto a la vida por Jesús en Betania. Este tipo de leproserías están documentadas ya desde los siglos VI y VII, y en el momento de máxima expansión de la plaga, en los siglos XIII al XIV, constituyeron una red de hospitales que se extendía por toda Europa, aunque apenas existía conexión entre los diferentes establecimientos.

También en Jerusalén había un hospital de San Lázaro. Se encontraba en el exterior de la muralla norte de la ciudad, entre la torre de David y la torre de San Esteban (hoy torre de Damasco), y fue erigido en una época indeterminada después de la conquista de 1099 y antes del año 1128. No debe confundirse con el leprosorium situado en las proximidades, fundado ya en torno al año 800 y que se encontraba en manos griegas. Los leprosos latinos formaron una hermandad, de entre la que elegían a un superior, la primera vez en 1153, que recibía el nombre de maestre. La comunidad tenía capellanes propios, que se ocupaban de los servicios litúrgicos, y toda una serie de cargos, como los que existían en otras órdenes hospitalarias y de caballería.

Al ser una de las instituciones religiosas más importantes del reino de Jerusalén, el hospital de San Lázaro estaba integrado también en la jerarquía eclesiástica y alcanzó incluso el rango de obispado sufragáneo del patriarca de Jerusalén.

El hospital de leprosos de Jerusalén obtuvo, como muy tarde a partir de 1142, a través de donaciones una serie de terrenos, iglesias y derechos en los dominios cruzados. Está atestiguada la existencia de bienes del hospital en Jerusalén, Tiberias, Escalón, Cesarea y Akko. Estas transmisiones están recogidas en un cartulario confeccionado entre 1240 y 1270, con cuarenta y un documentos conservados, que constituye nuestra fuente principal para la historia temprana de la orden lazarista. En estas donaciones se menciona con especial frecuencia a los “caballeros templarios” que actúan como testigos, lo que permite concluir que existían buenas relaciones entre las dos instituciones. Sin embargo, esto no significa necesariamente que todos los templarios enfermos ingresaran en el hospital de leprosos.

Según los estatutos de la orden de la segunda mitad del siglo XIII, el hermano enfermo tenía potestad para decidir por sí mismo si quería ir al hospital de San Lázaro o prefería permanecer en la orden del Temple, aunque separado de los restantes hermanos.

La gran época de la orden de San Lázaro como institución militar comenzó después de la pérdida de Jerusalén en 1187. La comunidad se instaló entonces en Akko, donde la orden había fundado un establecimiento entre 1161 y 1165; se estableció fuera de las murallas de la ciudad, en Montmusard, una zona muy poco poblada y situada junto a la costa. Allí los lazaristas erigieron su cuartel general y una iglesia consagrada a San Lázaro. En ese período la comunidad empezó a reclutar de forma creciente a sus miembros en el círculo de la nobleza y de las órdenes militares, lo que condujo a una aristocratización de la orden de San Lázaro.

La militarización de la orden lazarista, es decir, la adición de tareas militares a las misiones caritativas se produce por las estrechas relaciones entre los lazaristas y los templarios. Hacia principios del siglo XIII los lazaristas sirvieron como tropa de combate bajo la dirección de una maestre leproso, según se desprende de documentos papales. La nueva orientación militar fue la responsable de que a partir de entonces fueran admitidos en la orden no sólo leprosos sino también caballeros sanos. La primera noticia de la participación de lazaristas en operaciones militares hace referencia a la batalla de Forbie, cerca de Gaza, el 17 de octubre de 1244, en la que supuestamente todos los caballeros “los leprosos y los sanos”, encontraron la muerte.

Los miembros de los Caballeros de San Lázaro no sólo eran guerreros que habían participado en las Cruzadas sino que ellos mismos habían padecido el azote de la lepra. Al principio fue una orden puramente de enfermería, pero en el siglo XIII ya contaba con combatientes armados entre sus miembros.

En el año 1248, en un documento del Papa Inocencio IV (1243 – 1254) la comunidad aparece como la cuarta entre las órdenes religiosas de caballería de Tierra Santa, junto a los templarios, los sanjuanistas y los caballeros teutónicos.

Cuando se extendió la orden por toda Europa, los lazaristas ingleses, italianos y alemanes se consagraron solamente para el “cuidado de los enfermos”. La pérdida de Tierra Santa, la propagación de nuevas plagas, como la peste, y finalmente el retroceso de la lepra desde mediados del siglo XV sometieron a una presión cada vez mayor a los lazaristas. Durante demasiado tiempo las casas se habían consagrado sobre todo a asegurar los abastecimientos en Palestina descuidando sus tareas caritativas. El número de casas de lazaristas en Europa, al lado de los muchos de cientos de leproserías que no se encontraban organizadas en sociedades, era ínfimo, y los hermanos de la orden no contribuían a controlar la lepra en el plano médico con la aportación de conocimientos especializados.

En el año 1489 la Orden de San Lázaro fue incorporada por el papa Inocencio VIII (1484 – 1492), mediante la bula Cum solerti medicatione, a la orden de San Juan de Jerusalén, sin embargo la rama francesa continuó autónoma, por lo que el Papa León X anuló la unificación ordenada por su predecesor. Por su parte, el rey de Francia Enrique IV, unió a la Orden de San Lázaro la del Carmelo, en vista de que esta última languidecía y era conveniente su unificación con otra más poderosa.

La Orden de San Lázaro no desatendía, ni muchísimo menos, sus obligaciones militares ni su lucha contra el poder turco. En el siglo XVII los lazaristas armaron una flota para luchar contra los corsarios y piratas, eligiendo el puerto y ciudad de Saint Maló como centro de sus operaciones marítimas. La Orden llegó a reunir hasta diez fragatas y luchó valerosamente defendiendo la seguridad de las costas francesas.

Aún en el XVII, el Papa Gregorio XIII dictó una bula por la que mandaba incorporar la Orden de San Lázaro a la de San Mauricio, formándose así la llamada Orden de San Mauricio y San Lázaro, y que se convirtió en una de las más distinguidas de Italia. Ocurrió algo semejante a la ocasión anterior, cuando otro Papa trató de incorporarla a la de San Juan de Jerusalén. El Priorato de Sicilia acató la bula pontificia, pero no sucedió lo mismo con el Gran Maestre de los Lazaristas de Boigny que, con varios prioratos y encomiendas, continuaron su vida independiente. Entre los grandes Maestres del siglo XV están, los marqueses de Nerestang, de Luvois, de Dangeau, el Duque de Berry, después Luis XVI y luego el Conde Provenza, más tarde rey con el título de Luis XVIII. Como Caballeros de la Orden de San Lázaro en otros países, pueden citarse a los Zares de Rusia, Pablo I y Alejandro I y al Archiduque Leopoldo de Austria, los Duques de Sevilla. El rey Luis XVIII de Francia y más tarde Carlos X, se declararon protectores de esta Orden.

Pasados los turbulentos tiempos anteriores a la época contemporánea, la Orden de San Lázaro, permaneció, no extinguiéndose como algunas otras Órdenes Militares de Caballería. Actualmente se halla representada en Francia, Alemania, Italia, Polonia, Holanda, Suiza, Portugal y España.

Con fecha 26 de junio de 1935 registró la Orden sus Estatutos en España. El 9 de mayo de 1940 fue reconocida con carácter oficial y declarada de utilidad pública en todo el territorio nacional, por orden que se publicó en el Boletín Oficial del Estado el 10 del mismo mes.

Su reglamento de la lucha contra la lepra fue aprobado por el Decreto de 8 de marzo de 1946, que concede y asigna a la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, importantes misiones. Los miembros de esta Orden se dividen en dos grupos: Los miembros y los afiliados. Sólo los primeros y aun entre estos, sólo los Caballeros de Justicia, pueden asistir a los Capítulos de sus respectivos Prioratos. Aparte de los de Justicia hay los de Devoción. Todos pueden ser caballeros, damas o eclesiásticos, pero es absolutamente preciso profesar la religión católica.

Fotos: Las fotos están escaneadas de Internet.

*Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Raúl Expósito González
* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS
** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermero Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com
raexgon@hotmail.com

1 comentario:

Unknown dijo...

Interesante e increíble, como la caridad se lucra de las donaciones para luego militarizar su actuar.